Gonzalo O´Farrill

GONZALO O´FARRILL

(1754-La Habana, 1831-París)

Militar y político español, tío de Mercedes Santa Cruz pues era el primer hijo de nueve hermanos de su bisabuela Luisa Herrera y Chacón y Juan José O´Farrill, alcalde ordinario de La Habana. “Todos los hermanos OFarrill eran propietarios, aunque más ricos en virtudes que en bienes” decía de ellos. El mayor José Ricardo era quien había heredado el mayorazgo. Estudió en la prestigiosa escuela benedictina de la Sorèze, Francia, lugar al que luego enviaron al hermano pequeño de Mercedes Francisco Javier los años convulsos de la Guerra de la Independencia. Cuando regresó a España era cadete de Infantería e ingresó en la Academia de Ávila. Al igual que el III conde de Jaruco fue militar del mismo cuerpo y viajó por varios países de Europa, al igual que lo hizo el conde de Jaruco. Compartieron los dos amistad con el barón Humboldt. Su mentalidad acorde al Antiguo Régimen hizo que fuera para él un trance muy difícil los sucesos acaecidos en la península entre 1808 y 1814. En 1808 tras abandonar España Carlos IV y ser él uno de los miembros de la Junta de gobierno que informan de su renuncia, le nombran ministro de Guerra de Fernando VII. Tenía entonces 54 cuando afrontaba esa época en su casa de la calle Cruzada con su mujer. En 1807 acababa de fallecer el conde de Jaruco y su mujer Teresa no podía todavía disponer de sus bienes . su tío decide ayudarla y le ofrece alojamiento y protección en su casa. Cuando se produjeron los levantamientos del 2 y 3 de mayo él quiso después de pasearse a caballo por las calles de Madrid dimitir, pues anteriormente Napoléon no le había admitido en París por considerarlo irlandés y amigo de los ingleses, pero al final se le pidió que siguiera en su puesto de ministro de guerra para evitar males mayores y accedió sin saber que al poco tiempo sería considerado traidor y todos sus bienes serían confiscados. El pensó que con la llegada de José Bonaparte se podrían calmar los ánimos y dar pie a una etapa de gobierno tranquilo y esperanzado pero se equivocó cuando ya no había posibilidad de dar marcha atrás. En abril de 1809 se le considera traidor a la Patria y se le confiscan sus propiedades. En agosto de 1809 se le nombra Ministro de Guerra del nuevo rey y Capitán General de nuestra guardia al General de División don Cristóbal Merlin, marido de Mercedes unos meses después (Octubre de 1809 se casan en San Ginés). Permaneció fiel a José I hasta el final de su reinado.

Los estudiosos de esta figura destacan su afabilidad y su constante disposición para instruirse. Era un apasionado de la astronomía, devoraba la prensa y las obras de carácter histórico y científico. Se informaba de los adelantes en el mundo de la agricultura y de las aplicaciones de las mejoras en las plantaciones azucareras cubanas. Decían que compraba libros para incluirlos e la Biblioteca de la Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana. Fue nombrado tutor de la hija de Pepita Santa Cruz y Montalvo ya que esta había contraído matrimonio en 1809 con Pepe Sáenz de Santamaría, hijo de su mujer Ana Rodríguez de Carassa que enviudó y niño al que él desde entonces tutelaría. Le gustaban las comidas frugales como buen habanero, comer poco en varios momentos de la jornada.

A pesar de que no le permitieran en un principio vivir en París, consideraba la ciudad de las luces la capital de la civilización. Ese amor por Francia se lo contagió a su esposa que era de pensamiento avanzado para la época y fiel a los principios de la Revolución Francesa, algo que chocaba y más aún siendo gaditana de origen. La condición que adquirió de afrancesado hizo que marcharan a vivir a Francia al exilio y la confiscación de los bienes de la calle Cruzada. Ella, un personaje femenino con interés inusual por la situación política entre las españolas de la época fue tachada de ambiciosa con gran dolor de corazón para ambos que veían como sus bienes en Cuba eran vendidos por el estado. .

En 1816 muere su mujer al poco de llegar a Francia.

En 1826 José Bonaparte le escribe a Gonzalo desde su refugio en Estados Unidos:

“Qué pena que una nación como la suya haya caído en tan malas manos”.

El 19 de julio de 1831 Gonzalo muere en París y es enterrado en el cementerio de Pere Lachaise.

Su elevado patriotismo al final fue mal interpretado por enemigos, amigos y aliados. El dedicó todos los instantes de su vida a la vocación de servicio público.